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Es notable como cierto “enamoramiento forzado” muy parecido al síndrome de Estocolmo cooptando voluntades a las que no podríamos tildar de “faltas de inteligencia”
Lo cierto es que los anuncios que por estos dias vienen realizando desde el gobierno, ya debieran haber movido a toda la sociedad trabajadora, hacia la reacción, la indignación o el llanto. Pero nada de eso ocurre. A pesar de titulares que aclaran taxativamente una combinación demoledora para los ingresos de los trabajadores. Es facilmente deducible, que si sumamos
* “Un amplo acuerdo entre Empresarios y Trabajadores”
* A su vez los empresarios “condicionan estabilidad laboral a la negociación salarial”
* Además el Ministro de economía plantea “Negociar los aumentos en base a expectativas inflacionarias”
El resultado, es un empobrecimiento brutal de la clase trabajadora. ¿porqué?
Porque la combinación de esos tres enunciados puede traducirse mas o menos en los siguientes términos:
Los empresarios no están dispuestos a dar aumentos sin “flexibilizar” el trabajo, o sea, precarización laboral y salarial.
Y por su parte el Ministro de economía, no plantea recuperar el 35% perdido por la devaluación, sino que propone pasar eso “a pérdida” y negociar en base a la “expectativa inflacionaria 2016” (después me cuentan si consiguen 40% de aumento)
Nuevamente debemos reconocer que Macri no defraudó a nadie. Ni a sus votantes que querían un “cambio” ni a sus detractores que le tenían pánico a ese “cambio”.
Ese es Macri y ese es el cambio, sólo resta esperar que sus votantes inunden la plaza para vivarlo y agradecerle, tal como lo hacían los adeptos del kirchnerismo.
Daniel Arce