Los “beneficios sociales” anunciados hace una semana, van en esa linea, ya que si bien son medidas positivas, no se enmarcan en una estrategia concreta de articulación social, sino que son respuestas espasmódicas a una “sensación térmica” cada vez mas espesa.
Y si a esto le sumamos la derogación planificada de la ley que impide la venta de las acciones del fondo de sustentabilidad de ANSES, la inviabilidad del sistema previsional solidario quedará picando en el área chica y a punto caramelo para entregárselo a algún “Privado de buen corazón”
Todo esto viene enmarcado en una inflación galopante que el presidente está dispuesto a bajar a cualquier precio. Un precio tal como el desempleo de dos dígitos o la multiplicación de la pobreza y la indigencia. Porque parece que los craneos de la economía neoliberal calculan que empobreciendo de manera extrema a la población, esta dejará de consumir y por consiguiente, este enfriamiento retraerá los precios. No obstante hay unas pequeñas variables que no están considerando y que parecen atentar contra tanta genialidad. Por ejemplo, el humor social y la cantidad de empresarios que encontrarán mas razonable que invertir en un país en recesión, subirse a la calesita especulativa y obtener pingües ganancias a costa de la miseria generalizada.
En fin podríamos hablar también del anuncio de la conexión al tendido de fibra óptica nacional de 1.200 localidades. Obviamente Macri olvidará mencionar que la totalidad del tendido del cordón de fibra óptica nacional, es parte de la pesada herencia del gobierno Kirchnerista.
Daniel Arce