No parece exagerado tildar de “carrera enloquecida” la breve (hasta ahora) presidencia del bailarín internacional Mauricio Macri.
Como pudimos llegar en poco mas de 6 meses desde un país en el umbral del “hambre cero” con menos de 6 puntos de desempleo, inflación decreciente y lanzando satélites al espacio a una sociedad al borde del estallido social con miles de personas mendigando comida en supermercados y un presidente que reconoce estar “tratando de evitar el abismo”?
Hagamos un micro-raconto. * Hace un año Macri nos decía, que se iba a mantener lo que se había hecho bien y corregir lo que estaba mal. * Que con solo asumir iba a ingresar una lluvia de dólares por la confianza que su persona despertaba en el mundo empresario. * Después cambió el discurso y había que dejar de cobrar retenciones para que las ganancias adicionales de los exportadores, se derramaran sobretodo el país- * Después había que devaluar para favorecer a las economías regionales. * Después había que pagarle a los buitres lo que pidieran y sin chistar para que llovieran las inversiones. * Después había que vetar la ley que impedía despidos, para que los empresarios confiaran, después hubo que “sincerar” las tarifas, y se aplicaron tarifazos en algunos casos superiores al 1000% para que las empresas fueran rentables e invirtieran. * Después nos dijeron que estábamos en un tunel oscuro.
* Y ahora nos desayunamos que estamos al borde del abismo y que si la Corte Suprema anula el tarifazo damos el paso hacia el vacío.
Caramba! todo lo que nos perdimos, mientras nos mostraban por tv, como perseguían a tres asesinos prófugos, o como un pequeño (en estatura moral) Fiscal barría media Patagonia por cadena nacional, con topadoras para encontrar nada y mientras fiscales y jueces daban conferencias de prensa anunciando próximas medidas en las disparatadas causas que impulsan, o mientras la causa Panamá Papers, se llevaba puesto a media docena de Ministros en todo el mundo, mientras Macri nos explicaba que estaba dispuesto a luchar contra la corrupción y que no tenía ninguna cuenta, o si pero era del padre pero que nunca operó, pero que en definitiva se había olvidado que había 18 millones de pesos, pero que ya había ordenado la repatriación a los responsables de un fideicomiso tuerto que le manejaría los bienes, pero que no mantendría contacto con el a pesar de ser miembro del gabinete de gobierno. Pero…
Definitivamente, pasó mucho. Pasó demasiado. Es momento de pasar a otra cosa y dejar que el abismo se trague a quienes se lo merezcan.
Daniel Arce