Las ciudades fronterizas están viviendo un boom comercial solo comparable a los noventa. Tomemos el caso de Alberdi, la ciudad paraguaya que está pegadita a Formosa. Los “turistas comerciales” llegan de lunes a sábados, muchas veces en tours de compras armados especialmente desde todo el norte argentino, Chaco, Corrientes, norte de Santa Fe y Entre Ríos, de allí cruzan, por la módica suma de $50 en unas pintorescas lanchas a la localidad paraguaya donde se lanzan a los puestos callejeros donde se ofrece gran variedad de productos, si bien no de la mejor calidad, pero a muy buenos precios. Por ejemplo, un jean podemos encontrar a $100 y si compramos varios, y regateando un poco podemos aún bajar más ese precio.
Se estima que por día cruzan la frontera alrededor de 1.500 personas, y cerca de las fechas de cobro, se puede duplicar esa cantidad.
Los comerciantes piden a viva voz que se incrementen los patrullajes en la zona de frontera, ya que es incesante el flujo de mercadería que proviene del otro lado del río que afecta directamente su trabajo. Los representantes de las fuerzas de seguridad fronteriza se sinceran, “la situación es desalentadora, es imposible controlar toda la frontera, que es muy permeable. Es incesante la cantidad de veloces lanchas que cruzan en 5 minutos de un país a otro transportando todo tipo de artículos, desde leds, celulares, aires acondicionados y prendas de vestir”.
Y esto recién empieza. Por lo pronto, los paraguayos están felices con el gobierno de Macri.-
Patty Mariño Issler