La única explicación para la condena contra Milagro Sala por el delito de DAÑO AGRAVADO es que MORALES es algo así como una cosa mueble; la agravante, sin embargo, no se entiende.
No quiero detenerme en cómo el poder judicial está corrompido hasta las vísceras gracias a estar conformado por rastreros personajes de medocridad evidente. Personas que son JUECES y, pese a gozar de una protección constitucional privilegiada, se refugian como ratas inmundas bajo los pantalones sucios de sus patéticos jefes.
No, eso sería hablar del poder judicial en cualquier lugar de la Argentina; miremos COMODORO PY: los mismos personajes de casquivano comportamiento solo que con clase; la que otorga las luces de Buenos Aires.
Quiero detenerme en cambio en la fabulosa idiosincracia estanciera de un grupo de hombre arrodillados ante el poder de un imbécil. Porque, digámoslo, el contador MORALES es un vedadero IMBÈCIL que además de torturar a una militante social nos recuerda a todos los argentinos cómo es posible que un dirigente de tanta imbecilidad logre ser gobernador de una provincia.
Los jueces del Tribunal, que no están a la altura de la imputada, se dieron el lujo de condenarla. Ellos, cuya condena total los perseguirá de por vida atento haberse mostrado tan succionadores y parasitarios. Eso no era un Tribunal, era un circo montado por tres payasos decadentes sumidos en un estado de coma moral.
La paradoja, Milagros, es que la condena impuesta por los tres chiflados de un Tribunal infame es otra medalla. La justica del IMBÉCIL CONTADOR MORALES es tan patética que una absolución habría sido sospechosa. JUJUY arde por el odio, la estupidez, la discriminación y toda la escatológica resaca radical que solo sirve de indicación urgente: ENTIERREN A LA UNIIÓN CÍVICA RADICAL YA PORQUE APESTA A CADÁVER PODRIDO.
Los tres payasos al servicio del imbécil radical te condenaron por un testigo completamente falso cuya calumniosa declaración solo podía pasar como cierta para tres enanos de circo subidos a una tarima que no les pertence. El imbécil, detrás, digitaba las tristes marionetas como solo un imbécil puede hacerlo. El contador MORALES no sabe de sutilezas; sería como darle naranjas a los cerdos. Ahora vienen los recursos. Confieso que como abogado no he parado de vomitar toda la noche. El país gobernado por un presidente títere perteneciente a un grupo económico que saqueó el país; la Corte Suprema rechazando un recurso por certiorari (algo así como decirte me importa un carajo), los medio de comunicación dominantes excretando su odio de clase y ninguna norma jurídica mostrando algun tipo de eficacia.
El derecho aplastado por un imbécil radical y tres payasos de cuarta. Solo eso ..
Dr. Mauricio Armagno – Abogado Penalista
