Las famosas donaciones, en la que quieren englobar montones de dineros de oscura procedencia, como la que terminó adoptando como excusa Michetti sobre el dinero hallado y sustraído de su domicilio, deben cumplir rigurosos pasos a fin de que puedan llegar al destino de las fundaciones.
El marco regulatorio para este tipo de cuestiones son la ley 25246 (lavado de activos) y la Resolución 30/2011 de la UIF (y sus respectivas actualizaciones). La señora vicepresidente, es sujeto obligado según esta legislación (por ser la presidente de la fundación SUMA) y además es sujeto expuesto políticamente. Dudo mucho de que adoptase frente a esta donación “informal” (en realidad no existen las donaciones informales, ya que todas deben ser absolutamente rigurosas y formales) los mecanismos legalmente exigidos para ello, como por ejemplo (entre muchos más documentos) la declaración jurada del donante en la cual justifica el origen lícito de los fondos donados.