La carnada del anzuelo fue el #Cambio y en eso vamos a coincidir que no hubo engaño alguno, porque la cosa cambió y mucho, podría ser tema de debate si el rumbo de ese “cambio” es el que los votantes tenían en mente, pero no aportaría gran cosa al tema en cuestión.
El mentado #Cambio trasciende ampliamente lo económico, en donde la sociedad se empobreció vertiginosamente producto de la masiva transferencia de recursos de los trabajadores a la clase corporativa, con algunas migajas que cayeron sobre las clases acomodadas, como la quita de impuestos a los bienes personales, o la eliminación de impuestos a autos de alta gama, o la posibilidad de ahorrar libremente en Dolares todo el producto de la evasión impositiva, o de cualquier maniobra fraudulenta contra el estado o los trabajadores.
Porque la matriz, o núcleo ideológico de #Cambiemos consiste en correr a la persona del centro de la política y reemplazarlo por esa entelequia denominada “Los Mercados” y bajo esa premisa, se ejecuta todo tipo de premisa de carácter inhumano, ofrendando los bienes mas preciados y la cantidad de vidas y sueños necesarios en el afán de satisfacer a ese ente insaciable que se asemeja al horizonte, es real, pero inalcanzable.
No obstante el #Cambio mas notable, es el que mas reclamaban sus votantes. “el cambio de modales” Pasamos de tener una presidenta que anunciaba a los gritos ante una multitud enardecida, que fue exitoso el lanzamiento de otro satélite con tecnología de punta, o anunciar también con tono altisonante por cadena nacional, que se había entregado la computadora nº 5.000.000 a un estudiante de la escuela pública, a una actualidad sin tediosas cadenas nacionales, en la que funcionarios enjutos y trajeados como para asistir a una boda, nos anuncian aumentos descomunales en los servicios, o que nuestros viejos ya no tendrán acceso gratuito a medicamentos, o que Videla y Galtieri “fueron tipos comunes” “que no llevaron adelante ningún plan de exterminio” y todas estas expresiones, sin perder la compostura, ni argumentar, ni levantar la voz y sin una multitud fervorosa coreando cánticos de agradecimiento, lo cual sería un poquito mucho a mi entender.
El tan mentado #Cambio ha llegado ante la mansedumbre del pueblo y hace uso de las instalaciones, como un perro demasiado consentido, que duerme en nuestra cama, come de nuestro plato y defeca en nuestro living, dejándonos las sobras y los desperdicios para quienes lo mantenemos. Ese perro siempre nos menea la cola y tiene la virtud de ser “de paladar negro” y de no ladrar a nadie. Pero a no olvidar que son perros porque está escrito en la piedra “Cuídense de esos *perros, cuídense de esos que hacen el mal, cuídense de esos que mutilan el cuerpo.” (de la República)
Daniel Arce
