Tras el fallido y rimbombante Plan Belgrano, el mismísimo Rogelio Frigerio admitió: “No queremos otro plan Belgrano”, al referirse al recientemente anunciado Plan Patagonia. De todas maneras, precisiones no hay. Se hizo un anuncio hermoso, lleno de palabras de esperanza, pero de concreto más bien nada de nada. Se habló de un proyecto que apunta a fortalecer y desarrollar el sur del país, el cómo, con qué financiación, el cuando, el qué, bueno, después vemos. La semana pasada, dicen, en Casa Rosada cuando apuraban las carpetas para entregar a los gobernadores asistentes al acto en Viedma, se decía por lo bajo, “no queremos otro plan Belgrano”.
Es que a esta altura, luego de aquel pomposo anuncio realizado allá por diciembre de 2015, queda más que claro que se convirtió en una estructura burocrática con la finalidad de pagarle a la UCR. Vamos a los hechos. Su titular es el radical tucumano José Cano, pero no tiene potestad para licitar obras, por ejemplo, y el plan ni siquiera figura en el presupuesto 2017 de Vialidad Nacional, lo único que hace es un entramado burocrático con muchos y abultados cargos administrativos.
Al mismo tiempo, la Cámara Argentina de la Construcción viene presionando al ejecutivo para que unifique las dependencias dedicadas a la obra pública, cosa que por ahora se encuentra repartida en varias secretarías. También se encuentra el problema de la acéfala Secretaría de Obras Públicas, luego de que echaran a Chaín, que lo acompañara en toda su gestión al frente de la Ciudad de Buenos aires (y “la gente en la calle dice” que está muy ofendido, ya que mientras Macri asistía al casamiento de su hijo, ya estaba decidida su salida de la función y tuvo que enterarse por otro lado, no de boca de quien consideraba su amigo).
Por ahora, resiste el fuerte el segundo de Chaín, Jorge Sábato, a pesar del poco trabajo, ya que la única obra que tuvieron a cargo desde el inicio de la gestión, aparte de la continuidad de las que recibieron de “pesada herencia”, fue la remodelación de la fachada de la casa de José de San Martín en Yapeyú.
Sin feeling con Frigerio, que lo borró de la última reunión de seguimiento que el ministerio del Interior tuvo con Macri, Sábato le presentó la renuncia al presidente el jueves pasado, pero se la rechazó. “No quiero más quilombos”, le dijo el jefe de Estado.-