Cuando creímos haber visto todo y parecería imposible avanzar en la desfachatez del robo descarado al Erario Público. Cuando creemos que resulta imposible sostener el robo liso y llano de miles de millones a los Argentinos. Cuando pensamos que nadie en su sano juicio pondría la cara ni siquiera tímidamente para avalar desasosiegos éticos terminales para cualquier sociedad civilizada, ahí aparece Yamil Santoro y no solo defiende un acto éticamente repudiable, en el que un presidente le condona una deuda supramillonaria a la empresa familiar de la que el mismo forma parte, sino que en un delirium tremens en el que a Santoro se le hincha la venita del cuello y su rostro muta a un rictus desafiante, nos desafía argumentando una vez mas, nuevamente, otra vez, de vuelta. QUE LA CULPA DEL ROBO MACRISTA AL ESTADO… SI SEÑOR!! ES DE LOS KKS. Fin