Mañana miércoles 1 de marzo y por segunda vez le tocará a Mauricio Macri inaugurarel 135º período de sesiones ordinarias. El líder de Cambiemos, trascendió, hará foco en la “corrupción”, “inflación” y “desempleo”.
El evento distará mucho de aquellos en que la militancia a pleno se volcaba a las calles para acompañar a la presidenta mandato cumplido Cristina Fernandez de Kirchner. Era un día de fiesta popular. Plaza llena. Militancia. Banderas. Cánticos. Euforia. Felicidad. La gente pegada a las pantallas absorbiendo todas y cada una de las palabras de los larguísimos pero iluminados discursos en los que hacía un repaso de los logros obtenidos durante el año transcurrido y se comprometía en logros a cumplir.
Esta vez no habrá nada de eso. No habrá militancia. Ni “voluntarios”. Ni banderas. Me atrevo a decir que tampoco alegría. Será un discurso corto, no más de 20 o 30 minutos. Para no volver a meter la pata, el mandatario se recluyó en Chapadmalal, con sus asesores, para darle forma el discurso y hablará, por supuesto, “de la pesada herencia recibida”.
Massot el jefe de la bancada oficialista pidió a la oposición que “cuiden la imagen” y que no desplieguen carteles con críticas o chicanas. ¿Le harán caso?