Un centenar de docentes que se manifestaban, reclamando por paritarias dignas, unos minutos antes de que el presidente hiciera su arribo al Congreso Nacional para inaugurar la temporada de sesiones ordinarias, derribaron la valla de seguridad y superaron fácilmente la endeble resistencia de los pocos efectivos asignados en ese punto. Ese movimiento permitió que los docentes pudieran llegar hasta centímetros de donde luego pasaría Macri, permitiéndoles exponer inequívocamente al mandatario las pancartas y carteles con sus reclamos.
Claro que tratándose de Macri ese acto de arrojo se relativiza, ya que en su discurso habló de una “revolución educativa” con “docentes con sueldos dignos” y demás maravillas de ese mundo imaginario en el que el presidente transita plácidamente sus días, entre vacaciones y bacanales con la crema y nata de la mas rancia élite conservadora del planeta.
Como conclusión podemos afirmar lo siguiente – Por suerte eran docentes y solo querían visibilizar sus reclamos.