Una importante cantidad de personas que esperaban el subre “A” luego del acto de la CGT, comenzaron a entonar el cantito popular en todo el territorio Argentino. Ahí no había militancia partidaria ni era un grupo de trabajadores sindicalizados arengando. Era gente común. Eran trabajadores que volcaron su frustración y desencanto para con propios y ajenos. Ojito! hay que saber escuchar las señales de la sociedad, que a esta altura son variadas y contundentes.