Como siempre, ocupándose de las necesidades del conjunto de la sociedad argentina.
Este fin de semana, el presidente, como está todo genial en la globósfera en la que vive, decidió responder a un correo electrónico que le llegó. Según publicaron fuentes oficiales, Carlos, es un jubilado de 87 años y todos los sábados se junta a jugar al ping pong con los amigos.
Para parecer cercano a su pueblo, Mauricio Macri decidió visitarlos y participar del partido.
Por supuesto, publicó en las redes sociales una imagen donde se lo ve jungando alegremente al ping pong. Parecería una divertida y saludable reunión de amigos. Si no fuera por el micrófonmo que llevaba el presidente y que trascendiera que estuvo nada más que unos pocos minutos en el lugar, poco más de lo que se tarda en producir la fotografía.
Para ello se tomó el helicóptero que pagamos todos los argentinos, que muy barato no sale el viajecito, aterrizó en la cancha de Atlanta, y rodeado de varios autos con custodias oficiales, todo también pagado por nosotros, se apersonó en un emblemático bar de la ciudad de Buenos Aires.
