El desamparo de Basilio estruja el corazón a cualquiera. Coqueando, y con una sonrisa, narra hasta casi ingenuamente podría decir como a falta de asistencia del Estado (nacional, provincial, municipal) se vio obligado a caminar con el agua a la altura del pecho, sin comida, para lograr algo de ayuda.
Ni lanchas, ni helicópteros, ni un paracaídas que les acerque algo de esperanza para esas almas que sufren las inclemencias del clima y el arrasador embate de las aguas producto del desmonte indiscriminado avalado (y usufructuado) por el gobierno.
Encima de todo eso el abandono.
#Salta
https://youtu.be/MVSum6p85dI