Imparable. El hit del verano, el MMLPQTP, a pesar de los denodados esfuerzos de algunos medios que son más papistas que el Papa, y se rasgan las vestiduras para que “se respete la investidura presidencial”, y que son barrabravas pagados por La Cámpora, y ña ña ña.
Lo cierto es que se transformó en un himno. Un grito alegre de guerra. Es acompañado con palmas, bailes y saltos de alegría. Sale de las entrañas como un grito liberador, en contra del régimen que parece estar empecinado en diezmar los derechos y las conquistas adquiridas.
Ya no es una cuestión de clases. Surge en los lugares más insospechados. Ahora, los registros surgen de fiestas privadas, como parte del clásico carnaval carioca.