Sergio Massa, el dirigente creador del Frente Renovador que en una elección pasó de ser el plan B de la esperanza blanca, del cultor de la “ancha avenida del medio” en 2013 a arañar los últimos puestos de la tabla en 2017, está convencido que lo que lo hizo perder 34 puntos fue… SU VOZ.
Por tal motivo, contrató a un fonoaudiólogo de gran prestigio para corregirlo. “Me dicen que mi voz no es creíble, que es aflautada y que por eso perdí”, confía a su círculo más cercano.
Más de uno de los dirigentes del Frente Renovador (de los que van quedando, que son cada vez menos) no daba crédito a lo que estaba escuchando, y aunque públicamente no lo admitiría jamás, por lo bajo dijo “Es un pelotudo, dejo de ser creíble cuando armó una alianza con Margarita Stolbizer, una dirigente profundamente antiperonista, que esta obsesionada con Cristina Kirchner y nuestros compañeros se fueron al diablo”.
Aparentemente, el tigrense sigue pifiando, tanto en el diagnóstico como en los pasos que está dando. Ahora se encuentra armando junto a Pichetto y a Randazzo algo así como un frente opositor al kirchnerismo, con la clarísima intención de rapiñarle algún voto al peronismo de verdad y de esta manera favorecer al poder de Cambiemos.
Entre todos los que se sacaron la foto en Gualeguaychú, más Randazzo y Massa, no ganaron por si mismos ni una sola elección. Es un patético intento de restar votos de un lado y lograr algún margen para poder rosquear.