En medio de un discurso lleno de tropiezos, ante los líderes Americanos, con la adrenalina de los oyentes, provocada por la inevitable sensación de que no podía culminar la frase en curso, “el ingeniero” Mauricio Macri realizó una confesión brutal.
Venía tratando de hilvanar una idea, en contra de Venezuela y su gobierno, pero al profundizar en el flagelo que intentaba achacarle a los hermanos venezolanos, se extravió en el medio de la nada misma y echó mano a alguna certeza que le sirviera como mojón para continuar su impresentable discurso.
En ese momento dijo literalmente “con presos políticos, y sin garantía mínima de transparencia, es lo que estamos haciendo” Que nadie confunda una confesión con con un “fallido” seamos claros.