Una anciana de 90 años, apoyándose en el bastón y con ojos tristes observa como un empleado de Edenor le quita el medidor a su vivienda. Quien sabe qué cosas le cruzarán por la cabeza en ese momento.
La última factura de energía le vino con una escalofriante suma de $26.000. Impagable para cualquiera, menos para ella, que está sola y solo atina a mirar.
Esta es la verdadera del tarifazo.