Se convocaron a través de las redes. Cacerolazo más ruidazo contra el veto. El clima no ayuda, pero igual, se calzaron impermeables, paraguas y cacerolas para acercarse hasta una emblemática esquina de la ciudad de Buenos Aires, San Juan y Boedo.
Un nutrido grupo de manifestantes se encuentra bajo el frío y la lluvia gritando su indignación ante un gobierno insensible que prefiere privilegiar las ganancias antes que el bienestar de quienes los votaron.
El humor social está más que caldeado, y no hay más margen para maniobrar. Los aumentos que empiezan a regir a partir de mañana tampoco ayudan para descongestionar.