Son por todos conocidas las historias de los alumnos de escuelas perisféricas que se desmayan de hambre. Son casos que indignan, pero cuando le ocurre exactamente lo mismo al Ministro de Asuntos Públicos de la Provincia de Buenos Aires, por motivos algo diferentes, nos indigna aún más.
La sola mención del caso es una provocación y una muestra de frivolidad que supera todo parámetro de indignación.
Esto es #Cambiemos en su máxima expresión “Si se puede!” Y el ministro Federico Suarez, es un claro exponente de ello
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