Envalentonado por el triunfo de su envidiado Bolsonaro en la hermana Brasil, el diputado de la eterna campera amarilla se lanzó de lleno a su propia campaña presidencial, imitando en todo lo posible al recientemente electo brasileño.
Enarbolando una de las mismas banderas, la de la iglesia universal, asistió a un acto donde fue bendecido en un escenario junto a un grupo de pastores y fieles que rezaban fervorosamente, entre los que se encontraba la defensora de genocidas Cecilia Pando.
Pero, el escenario no resistió y se desplomó hacia el final de la bendición. ¿Habrá sido una señal?
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