Eduardo Feinmann estaba en su salsa criticando a los presentes en la presentación del libro de la presidenta mandato cumplido, senadora y ¿candidata? Cristina Fernandez de Kirchner.
A cada uno que reconocía le agregaba al nombre un adjetivo en tono peyorativo, por ejemplo, a Pablo Echarri lo llamó el aplaudidor, y así seguía.
Cuando, de repente, en primera fila, la cámara enfocó a pantalla llena a su jefe máximo, Daniel Vila. Imperdible su reacción.
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