Sally Burch es una prestigiosa Periodista Británica, que reside en ecuador desde hace muchos años y es la Directora Ejecutiva de la Agencia Latinoamericana de Información, y al arribar al aeropuerto Internacional de Ezeiza, las autoridades migratorias le comunicaron escuetamente que estaba “en una lista de no entrada”. A lo que la periodista atinó a responder “Soy periodista británica y me están rechazando la entrada a Argentina” sin éxito alguno, ya que fue reembarcada en un vuelo a Ecuador.
Este escándalo internacional toma ribetes preocupantes ya que no se descuenta que diferentes países afectados por la inexplicable deportación de ciudadanos, realicen protestas formales, ante el gobierno argentino, tal como ya adelantó el vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores noruego, Guri Solberg, al sitio web noruego ABC Nyheter, respecto de la deportación del activista Petter Titland
“La decisión de Argentina es desafortunada y envía una señal equivocada”,
A su vez el Ministerio de Asuntos Exteriores de Argentina , dijo en un comunicado : “El equipo de seguridad de la organización de la conferencia ministerial alertado a la OMC la existencia de algunos asistentes, registrada antes de esa organización en nombre de algunas ONG, que habían hecho llamadas explícitas para las manifestaciones de violencia a través de los medios sociales , expresando la intención de generar esquemas de intimidación y caos “.
Ante tanto desatino, el diario Británico The Guardian recogió el guante y entrevistó a diferentes organizaciones de Derechos Humanos quienes dijeron que estaban desconcertados por las deportaciones sorpresivas de Argentina.
“No entendemos esta decisión que expone a Argentina ante la comunidad internacional”, dijo Mariela Belski, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina
La comisionada de Comercio de la UE, Cecilia Malmström, escribió al ministro de Asuntos Exteriores de Argentina Jorge Faurie diciendo:
“Garantizar la seguridad de la conferencia es, por supuesto, esencial, pero no veo cómo los representantes de ONG con sede en Europa que han visto revocada su acreditación supondrían una amenaza para la seguridad”.
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