Pero algo pasó. Fueron dos motivos lo que lograron frenarlo. Uno, claro, fue la presión tuitera de la que en realidad regentea el espacio político del oficialismo que es Elisa Carrio, que con un solo tuit logró , después de que ella decidiera solita ayer levantar la sesión escandalosa y todos acataron la orden, ayudar a levantar la decisión casi tomada de largar la ley por Decreto de Necesidad y Urgencia. El otro motivo que cerró definitivamente esa posibilidad fue la conferencia de prensa de la CGT que por una vez se sacudió el letargo y declaró que de salir por decreto la reforma jubilatoria irían al paro en principio por 24 hs.
Por estas horas la estrategia cambió. Este viernes los gobernadores irán a la Casa Rosada y en el oficialismo buscan que den un respaldo a la iniciativa. Para avanzar, el Gobierno citó para hoy a gobernadores y diputados opositores en la Casa Rosada. En el oficialismo quieren que antes de la sesión del lunes los mandatarios den un apoyo directo a la ley.
El resultado del nefasto día de ayer fue claramente una pérdida importantísima de capital político de Cambiemos. Pero ojo, tampoco “ganó” la oposición. En realidad, no podemos considerar triunfador a ningún sector. Las escenas dantescas que se vieron por horas ayer en la calle no adjudican el triunfo a nadie, pero al oficialismo le entró una bala de plata y le hizo retroceder 10 casilleros en la oca del avasallamiento, que venía a toda marcha desde el último 22 de octubre.
