Uno a uno los gobernadores otrora aliados de Mauricio Macri y su banda, fueron tirándose por la borda, cual ratas que huyen de un barco condenado al reposo eterno en el fondo del mar.
Primero fueron los menos comprometidos, como los gobernadores de Chubut, Neuquén, Entre Ríos o Córdoba, otrora militantes y cruzados de la ola amarilla que cual Armada Brancaleone defendían junto a sus senadores y diputados, a su líder supremo de ojos azul profundo.
Pero el desastre social resultado del plan de saqueo descontrolado, se tornó tan tumultuoso e inocultable, que sus propios soldados de primera fila comenzaron a huor despavoridos, intentando salvarse de quedar pegados a un colapso inminente, y hablamos de Mendoza, Corrientes y Jujuy. Provincias privilegiadas con abultadisimos negociados fraudulentos como “El Plan Belgrano” y otros, visitadas hasta el hartazgo, para filmar videoclips de lanzamientos de proyectos que nunca vieron la luz.
En definitiva, el capo de la banda quedó en absoluta soledad para las elecciones, ya que el desdoblamiento fue masivo, para evitar el contrapeso que significa tener el apellido Macri en una boleta. Como en la película de Tom Hanks, quedó atrapado en una isla, con Wilson (María Eugenia Vidal) como único acompañante y confidente, la diferencia con la película, es que Macri no podrá escapar de su isla, porque ha desembarcado una nave repleta de caníbales y piratas, llamada [Fondo Monetario Internacional]
Dani Arce
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