—No sé por qué hacen tanto quilombo por un chorro que va a ir preso igual. —¿Y por qué va a ir preso igual? —Por chorro, ya te dije, porque afanó. —Como Cristina, ¿verdad? —Tal cual, otra chorra. —Mmm… interesante que lo digas vos, justo vos, que no podés hablar. —¿Yo no puedo hablar? ¿Por?
—Y… por abusador de criaturas chicas: violaste a un pibito de 4 años la semana pasada. Lo tuyo es muy grave, no podés hablar.
—¿Eh? Jaja… ¿Yo soy qué cosa, que hice qué? —Abusador de menores. Violaste a un pibito.
—Yo no hice nada de eso, chabón… ¡tomátelas!
—Pero vas a ir en cana igual. —¿Qué? ¿Cómo? —Fácil: llamo a los medios, hago un escándalo y después voy a la comisaría y te denuncio. Vas a ir en cana igual. —Jaja… pero no tenés pruebas. La policía lo va a investigar y van a ver que no es así.
—Ya lo sé, pero va a tardar un poco la investigación y mientras tanto vas a ir en cana igual. Para cuando salga el resultado, los vecinos ya prendieron fuego tu casa, ya te comiste dos meses de cárcel y fuiste la novia de todo el penal. Y como los medios ya te arruinaron la reputación, no sé si te va a convenir salir de la cárcel, porque en cualquier esquina te agarran y te linchan.
—Dale, boludo. ¿Por qué me vas a acusar de algo que no hice? —¿Y por qué no? ¿No hacés lo mismo con Lula y Cristina? —¡Porque ellos sí afanaron! —¿Tenés pruebas? —…
—¿Viste lo fácil que es? Si vamos a entrar a meter gente inocente en la cárcel, es solo cuestión de tiempo hasta que te toque a vos. Eso es lo que se llama “fascismo”.
Dani Santu
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