La realidad los desmiente (como tantas otras veces).
Este último miércoles, cuando caía la tarde, en el club universitario de La Plata se organizó EL gran evento: en el marco de unas jornadas de dinámicas de trabajo, el broche de oro sería el discurso de la gobernadora de la provincia, María Eugenia Vidal.
El evento, fue organizado por la dirección general de Educación y Cultura que encabeza Gabriel Sánchez Zinny.
La idea era un multitudinario acto, pero la parte de la multitud fue tan invisible como el crecimiento del que habla el líder del régimen. Resignada ya a que no llegue nadie más, la gobernadora se decidió a hablar frente a guardaespaldas y pocos asistentes (alguno dijo que había más guardaespaldas y agentes de seguridad que asistentes comunes).
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Hizo mención a que ella “también sabe” lo que es volver cansada a casa y lo que cuesta agregarle cosas a la rutina diaria, de alguna manera intentando justificar su escasa convocatoria. Lo que no mencionó es que apenas pocas horas antes se conocía públicamente el escándalo del colegio de sus hijos, que está subvencionado en un 60% por el estado provincial que regentea (es un colegio privado, claro está), que un joven de 25 años había sido nombrado con el cargo de Director General por el ministro de salud Andrés Scarsi, y que la diputada Cornelia Schmidt Lierman había realizado en 12 meses 7 viajes al exterior bancado con el dinero del Congreso Nacional o sea nuestro.
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En fin, resta mencionar, que el anfitrión fue el Club Universitario, quien, casualmente, recibió hace muy poco un jugoso cheque por parte de la gobernación de 7 millones de pesos.
¿Casualidad?
