Salir a matar gente, dicho así a secas, parece ser la propuesta de un desequilibrado, pero analizando friamente la idea, caeremos en la cuenta de que es una iniciativa de avanzada, que va en sintonía con el plan económico y social de #Cambiemos
Porque no se trata de salir a matar a tontas y a locas de manera caótica y desenfrenada, sino que estoy hablando de un plan mas prolijo, en el que cada muerte represente un aporte a la tan ansiada gobernabilidad.
Estamos en medio de una gran crisis y no es momento de enredarnos en debates estériles, sobre quien es el responsable del desastre económico y social. ¿acaso es más importante determinar culpabilidades que solucionar el problema de raíz?
Salgamos a matar es una propuesta de avanzada, pero la debemos determinar en una mesa de diálogo en la que no pueden faltar el presidente, el ministro de economía y la ministra de desarrollo Social, para así con precisión quirúrgica determinar, a quienes y con que métodos instantáneos e indoloros debemos eliminar de manera eficaz y sustentable.
Los viejos y los pibes pobres, deberían formar parte central del plan de saneamiento económico, esto aliviaría a nuestro abnegado presidente, de tomar esas dolorosas decisiones, de suprimir medicamentos, vacunas y todo tipo de prestaciones, y que lo obliga a condenarlos a una muerte con mucho sufrimiento.
¿Acaso tiene algo de malo aportarle un poco de humanismo al plan económico del macrismo? ¿O acaso quienes asesinaron a sangre fría a personas que no llegaban a cumplir con los estándares razonables de sociabilidad no fueron ponderados y felicitados?. Vaya como ejemplo Chocobar o los los prefectos que asesinaron a Rafael Nahuel, o los Gendarmes que desaparecieron y asesinaron a Santiago Maldonado.
Seguramente habrá que promulgar alguna ley que despenalice, valga la aliteración, el andar despenando gente que representa un peso muerto en las tablas excel de los balances económicos, para ayudarle al gobierno, a alcanzar el tan preciado equilibrio fiscal. Pero es justo decir que habrá una “oposición racional” dispuesta a aprobarla en pos de brindarle gobernabilidad al presidente.
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¿Porqué hacerlo gradualmente, sabiendo a esta altura que el “gradualismo” provoca un esfuerzo adicional a las sobrecargadas espaldas de los funcionarios que heredaron tanto desequilibrio?
¿O no nos damos cuenta de que hay demasiados chicos y demasiados viejos que por el sólo hecho de existir, representan una terrible amenaza para alcanzar el equilibrio fiscal? ¡Pues deberíamos escuchar con más atención al Ministro de Hacienda!
Los que somos seres productivos y saludables, deberíamos ponernos a disposición del gobierno para ejecutar un rápido plan de exterminio selectivo, que equilibre las cuentas fiscales y brinde sostenibilidad a este novedoso sistema político y económico donde todo tiene que ser rentable.
Para los más noveleros y sensibleros, quizá parezca una bestialidad esta propuesta. Pero los invito a analizarla fríamente, y despojados de emociones como lo hace el mejor equipo de los últimos 50 años, y verán que es, sin querer pecar de soberbio un gesto humano y patriótico, que blanquearía y concretaría de manera indubitable, el verdadero y único plan del gobierno Macrista.
Un país libre de sufrimientos, sin chicos pobres, sin viejos improductivos, sin enfermos ni lisiados, pero con las cuentas perfectamente ordenadas para que de una vez por todas, la argentina sea un destino apetecible para la tan esperada lluvia de inversiones.
*Texto irónico de autor desconocido – recibido vía whatsapp.
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