Ismael era un pibe de 13 años chaqueño, que podría ser tu hijo, tu nieto o el mío. Pero era distinto, porque le tocó nacer en el Chaco, entonces no es tapa de diarios, ni “el primer muerto en represión” que desataría el supuesto caos.
Pero como en estos tiempos “Macondianos” en donde no hay ninguna frontera entre la realidad y los hechos imposibles, a la gentuza que apoya al gobierno a cualquier precio, salió a justificar la muerte, publicando imágenes apócrifas de un supuesto Ismael portando armas en redes sociales.
Y cuando parecía que no se podía caer mas bajo, tuvo que aparecer un referente de #Cambiemos, llamado Yamil Santoro, justificando el asesinato amparándose en el código penal y la defensa de la propiedad privada, obviando que el pibe fue víctima de una bala policial, en plena vía pública y desconociendo que sólo era un espectador pasivo.
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Estamos tan sumidos en una oscuridad institucional y moral, que hemos perdido la capacidad de asombro, y los hechos inhumanos, bestiales, e indignos como este, han sido naturalizados por todos los funcionarios del gobierno. Tanto es así, que somos millones los que sentimos por estos días, vergüenza de saber que en el exterior puedan confundirnos con estos personajes siniestros que por desgracia también son argentinos.
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