Y en medio del cambalache inconcebible en el que se ha transformado la República Argentina desde el advenimiento del Régimen Macrista, una alegoría válida sería graficarnos el patético espectáculo de los funcionarios de mas alto rango, con el presidente encabezando la procesión, ataviados con trajes de neoprene, tubos de oxígeno, snorkels, patas de rana y arpón, caminando sonrientes y optimistas por el medio del desierto del Sahara, en la lógica de que si hay arena es porque el mar está cerca.
Hoy por hoy no escapa al conocimiento generalizado, la sensación de que el Gabinete Nacional desarrolla sus estrategias y discursos en una dimensión paralela, a la que por alguna causa desconocida los ciudadanos mortales y corrientes observamos impávidos, la descripción de una realidad que nos resulta no solo ajena, sino bizarra e incomprensible. Realidad que lamentáblemente jamás llegaremos a descifrar, máxime teniendo en cuenta que hace pocos días nos abandonó Stephen Hopkins.
Pero por suerte [Sin Censura] cuenta con colaboradores de la talla de [EL TURCO] que si bien no nos aclara un carajo, al menos le pone humor a tanto desasosiego que expone descarnadamente por el uso del ridículo, el grado de estupidez que a diario irrigan nuestros funcionarios nacionales, sobre nuestras testas impávidas y adormecidas.
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