De todos modos, con una sencillez y una claridad que serían la envidia, si fueran capaces de apreciarlo de los que repiten como zombies “ze dobadon todo, ze dobadon un PBI entero” (cosa que no admite repregunta, porque cuando les preguntás qué es un PBI, cuánto representa, o dónde estaría, se enojan y comienzan a insultar) explica a quien vota, y porqué.
Isabel no es economista, ni entiende de la macro, las proyecciones, índices ni promesas, ella sabe lo que le pasa y a quien se lo debe. Punto.
Y agradece, que hoy, no es poco.
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