Si rastreamos el historial de importación de la oleaginosa por parte de la Argentina a EEUU tenemos que retroceder 20 años, hasta la década de las “relaciones carnales” con el Imperio. Pero como en todos los órdenes sociales, económicos y culturales, volvimos en el tiempo.
La operación fue reportada hoy por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) en su informe diario de ventas externas.
Si bien el USDA no dio a conocer el importador individual ni el precio, la transacción trascendió porque cualquier exportación superior a 100.000 toneladas debe ser informada en ese país.
Según fuentes oficiales, la soja ingresará al país luego de octubre próximo. En esta línea, desde hace un tiempo se vienen definiendo con las autoridades sanitarias de EE.UU. temas sanitarios y tecnológicos.
Esto que a primera vista parece un sin-sentido, no es tal y tiene una explicación contundente basada en el siniestro plan de expoliación llevado adelante por “la banda de los Panameños” a cargo por el momento de los destinos de la Nación.
¿Cual es el motivo concreto para esta operación ruinosa para el país?
Al quitar las retenciones a los granos, liberar el cambio y permitirles vender a precio de “commoditie” en el mercado exterior, y sumando a esto el beneficio de no tener la obligación de liquidar ante el BCRA el producido de sus ventas, y como frutilla de la torta, un mercado interno absolutamente deprimido y en rápida caída, la mesa está servida.
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Con los Kirchneristas anunciaban que íbamos a “terminar importando leche y carne” los mismos que hoy comenzaron a importar soja.
Es innegable estamos viviendo un cambio, que en las palancas de cambio está representado con una “R”
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