Quilmes, distrito macrista por excelencia. Parece que la realidad insiste en contradecir al relato edulcorado del líder de ojos azules, que nos quiere convencer de que “vamos por el camino correcto, en equipo y diciéndonos la verdad”, y sobre todo que “crecemos como hace quichicientos años no crecíamos, que aumentó el empleo y baja la inflación”.
Pero en la vida real, como dicen los chicos, pasan estas cosas. En Quilmes, se publicó un aviso pidiendo personal, ayudantes de cocina, ese tipo de laburo, que lamentablemente no se cobra una fortuna, sabemos que apenas alcanza para pucherear, quiero decir con esto, que el aluvión de aspirantes no se debe a la esperanza de un sueldo astronómico ni condiciones laborales superiores a la media.
No, no. La eterna fila que se armó a la espera de la entrevista laboral, era solo eso. La esperanza de conseguir un laburo. Después que te la cuenten como quieran, la realidad es la de cada uno de esos que están ahí, esperando por horas aferrados a una ínfima esperanza de conseguir un puesto de trabajo.
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