En el nuevo timbreo nacional, donde los funcionarios de Cambiemos se lustran la sonrisa y salen a las calles asfaltadas y limpitas a sacarse fotos repartiendo volantes, hoy el Ministro de Educación Alejandro Finocchiaro pasó un pésimo momento en La Matanza.
Entró con su séquito de “voluntarios” (recordemos que ellos no son militantes, les da asco la palabra, se llaman a si mismos voluntarios, aunque les pagan) a un negocio de barrio, donde intentó encarar a una anciana con aspecto dulce que arrastraba tras de si el changuito de las compras. Era la foto perfecta para subir a las redes.
Le erró en el cálculo, ya que cuando abordó a la señora, ésta le rompió el volante en la cara, y se sacó las ganas de decirle mentiroso. “Yo gano seis mil y pico, mientras ustedes se suben el sueldo. ¿Te parece que puedo comer con eso?” Le dijo mientras el funcionario intentaba vanamente calmarla. Bravo señora!
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