En un fallo que ha sido calificado como histórico, los tres policías de la Ciudad de Buenos Aires acusados del asesinato de Lucas González, jugador de Barracas Central, han sido condenados a prisión perpetua por homicidio quíntuplemente agravado. El abogado de la familia de la víctima ha calificado esta sentencia como un hito para la justicia argentina.
Tras cuatro meses de debate en el juicio llevado a cabo en los tribunales de Comodoro Py, se dio a conocer el veredicto para los 14 policías implicados en el caso. Gabriel Alejandro Isassi, Fabián Andrés López y Juan José Nieva, los principales acusados, fueron sentenciados a prisión perpetua por homicidio quíntuplemente agravado.
El abogado de la familia de Lucas González, Gregorio Dalbón, expresó su satisfacción con el fallo, afirmando que se trata de una sentencia histórica para la Argentina y una medida importante para evitar que casos como el de Lucas se repitan en el futuro.
El Juez encargado del caso anunció la sentencia diciendo: “Condenar a la pena de prisión perpetua por el delito de homicidio quíntuplemente agravado por haber sido cometido con armas de fuego, con alevosía, por odio racial, en concurso premeditado de dos o más personas y abusando de su funciones como integrantes de la fuerza de seguridad en perjuicio de Lucas González”. El proceso judicial contó con más de 50 testigos que declararon durante 18 jornadas.
Además de los tres policías condenados a prisión perpetua, otros implicados recibieron penas de prisión. Héctor Claudio Cuevas fue condenado a 4 años, Roberto Orlando Inca, Juan Horacio Romero, Fabián Alberto Du Santos y Rodolfo Alejandro Ozán a 6 años, todos con inhabilitación especial de 10 años por el delito de encubrimiento a Gabriel Alejandro Isassi. Sebastián Jorge Baidón fue sentenciado a 8 años de prisión y la inhabilitación absoluta perpetua por actos de tortura contra Lucas González.
Por otro lado, Ramón Jesús Chocobar, Ángel Darío Arévalos, Jonathan Alexis Martínez, Daniel Rubén Espinosa y Daniel Alberto Santana fueron absueltos en la causa y se ordenó su “inmediata libertad”.
Este caso ha generado un debate sobre la responsabilidad y el accionar de las fuerzas de seguridad, así como sobre el abuso de poder y la necesidad de garantizar la justicia en todos los casos. La sentencia emitida en este caso sienta un precedente importante y envía un mensaje claro sobre la lucha contra la violencia policial y la búsqueda de la justicia para las víctimas.
Seguiremos atentos a los desarrollos posteriores a este caso y a cualquier medida que se tome para garantizar la transparencia y la rendición de cuentas en casos similares en el futuro.