Las declaraciones desafiantes de Javier Milei, instando al Congreso a aprobar la Ley Ómnibus bajo amenazas de mayores ajustes, han provocado respuestas intensas del radicalismo y el PRO. Ignacio Torres, gobernador de Chubut del PRO, lideró las críticas calificando de “peligroso e irrespetuoso” el afirmar que existen intereses espurios detrás de las modificaciones propuestas a la Ley Ómnibus.
Rodrigo de Loredo, presidente del bloque radical, arremetió contra Milei y avivó el fuego del pacto de impunidad con el kirchnerismo. Enumeró puntos que sembraron dudas, llevando al ministro de Justicia, Cuneo Libarona, a negar dichas acusaciones. De Loredo desafió a Milei a procesar y denunciar las acusaciones de coimas, afirmando que el gobierno incumple sus deberes si no acude a los tribunales.
Las manifestaciones de estos dirigentes destacan la fragilidad de la coalición. Sin los 34 diputados radicales y los 37 votos del PRO, el gobierno se queda con apenas 38 bancas de La Libertad Avanza y el bloque de Pichetto. De Loredo también evidenció una carencia sustancial en la Ley Ómnibus: “En todo el texto no hay ningún plan monetario ni fiscal de estabilización”.
Aprovechando para desafiar las declaraciones de Milei, de Loredo recordó el pasado del presidente respecto a la inflación: “Durante cuatro años, el presidente afirmó que la inflación es un proceso monetario. Resulta falaz culpar al Congreso por la nueva brecha cambiaria”. La confrontación deja la Ley Ómnibus al borde del precipicio, con incertidumbre sobre su futuro.
La tensa situación entre Milei, el radicalismo y el PRO arroja dudas sobre el destino de la Ley Ómnibus, revelando grietas en la coalición gobernante. Este artículo ofrece una visión detallada de las críticas y desafíos, destacando la incertidumbre que rodea al controvertido proyecto de ley.