El gobierno argentino dio un giro estratégico al abrir negociaciones secretas con la oposición, específicamente con el diputado Rodrigo de Loredo, para discutir modificaciones a la polémica ley ómnibus. Este encuentro, que tuvo lugar en el Hotel Savoy, busca encontrar consenso y evitar que la ley sea rechazada.
La reunión entre De Loredo y un enviado del gobierno, posiblemente vinculado a la Jefatura de Gabinete de Nicolás Posse, marca un cambio de postura tras las acusaciones del presidente Milei contra los legisladores opositores.
Es lógico, ya que lo acordado por el ministro Guillermo Francos hasta el momento no cuenta con la validación de Javier Milei ni de Nicolás Posse. En este contexto, es importante destacar que quien se comunica en representación de Posse con los diputados es, hasta ahora, el vicejefe de Gabinete, José Rolandi.
De Loredo, presidente del bloque de diputados de la UCR, garantizó apoyo a ciertos aspectos clave del proyecto durante la reunión. Sin embargo, esta disposición no es compartida uniformemente dentro de su bloque. Se espera que la negociación aborde temas como la duración de las facultades delegadas y otros puntos críticos del proyecto.
Es notoria la falta de experiencia de los legisladores del oficialismo en la elaboración de un dictamen tan complejo. Esto llevó al gobierno a buscar el apoyo y la experiencia de la oposición, en este caso, de la UCR. Sin embargo, persisten tensiones internas y desafíos para lograr consenso incluso dentro del bloque radical.
Este paso de abrir la negociación con De Loredo podría ser seguido por reuniones con otros bloques aliados. Están tendiendo puentes con el PRO y el de Pichetto y Monzó. La necesidad de conseguir un dictamen de mayoría exige un acuerdo con estos tres bloques.
La reunión secreta en un hotel generó interrogantes sobre la transparencia del proceso y ha suscitado cuestionamientos en el plenario de comisiones. El tiempo apremia, y se espera que expertos económicos participen en el análisis de las implicancias de posibles modificaciones. La idea es no comprometer el paquete fiscal defendido por el gobierno.
Este cambio de estrategia refleja la complejidad y la presión política que rodea la discusión de la ley ómnibus. Queda en evidencia la necesidad de encontrar consenso y evitar un revés legislativo.