En el contexto del cambio climático, las plantaciones de eucalipto en Brasil se promocionan como sumideros de CO2, aunque plantean problemas como la reducción del nivel freático. A pesar de la controversia, gran parte de los eucaliptos brasileños se convierten en carbón vegetal, siendo Brasil el principal productor mundial con 6.5 millones de toneladas anuales, utilizado principalmente en la industria siderúrgica.
El alcalde de Turmalina, Warlen Francisco, señala que la expansión de estas plantaciones ha afectado negativamente los manantiales de agua, reduciendo significativamente el nivel freático en la región. Aunque la empresa Aperam, uno de los principales productores de carbón vegetal en Brasil, destaca su compromiso con la gestión forestal sostenible y la plantación de nuevos árboles para compensar las emisiones, persisten preocupaciones ambientales y sociales.
A pesar de la certificación FSC (Forest Stewardship Council) y proyectos respaldados por la ONU para producir carbón vegetal “verde” y acero sostenible, la controversia persiste debido a la escasez de agua, la reducción del nivel freático y los posibles impactos en la agricultura local.
