El Banco Central bajo la presidencia de Javier Milei ha realizado compras significativas de reservas, acumulando más de US$5000 millones desde su asunción. Sin embargo, esta estrategia no está exenta de controversias, ya que implica una emisión considerable de pesos.
A pesar de las restricciones vigentes para el atesoramiento de dólares y la demora en la liquidación de importaciones, el BCRA ha logrado acumular divisas. Se espera que estas compras continúen para cumplir con el compromiso del Gobierno de sumar reservas netas por US$10.000 millones en el año.
La contrapartida de estas compras de dólares es la emisión de pesos, con más de $3,2 billones inyectados desde el 11 de diciembre. Esta expansión monetaria va en contra de los esfuerzos del Gobierno por controlar la inflación.
El BCRA ha utilizado instrumentos como la emisión de Leliq y los intereses pagados en pasivos remunerados, generando tensiones inflacionarias. Sin embargo, la entidad ha implementado pases para retirar el excedente monetario, contrarrestando la emisión y manteniendo un resultado neto cercano a cero.
Economistas como Juan Manuel Truffa destacan que, en términos monetarios, la política del BCRA no es expansiva. Por otro lado, Fernando Baer señala que la emisión monetaria para comprar divisas no genera las mismas preocupaciones que la emisión sin contrapartida para financiar gastos corrientes.
El seguimiento de la emisión monetaria por el pago de intereses en pases será crucial, ya que influye en las tasas reales y puede tener implicaciones en la economía argentina.