Un escándalo de proporciones inéditas sacudió el Congreso, evidenciando la gravedad de la crisis desatada por las negociaciones en torno al dictamen “blue”. La falta de certeza sobre la validez de lo votado previamente y las tensiones entre los protagonistas han sumido al gobierno de Javier Milei en una situación crítica.
El presidente de la comisión de Legislación General, Gabriel Bornoroni, anunció un dictamen de mayoría con 55 firmas, pero las horas posteriores revelaron que la realidad era muy diferente. El dictamen previamente votado no cumplía con los requisitos necesarios. De llevarlo al recinto, significaría una derrota segura para el gobierno.
En un intento desesperado por salvar la situación, los jefes de bloques aliados se reunieron con Federico Sturzenegger en un departamento en Recoleta para redactar un nuevo dictamen “blue”. La tensión alcanzó su punto álgido cuando Miguel Ángel Pichetto, al ver a Sturzenegger, amenazó con retirarse, responsabilizándolo de los desastres económicos y la crisis institucional.
La incertidumbre sobre la validez de los dictámenes votados y la falta de claridad en torno a los cambios acordados revelan la improvisación y desorganización del gobierno de Milei. La irrupción de tuits amenazantes por parte del ministro Caputo hacia los gobernadores ha complicado aún más las negociaciones, sumiendo al gobierno en un caos político.
La falta de protocolización del dictamen durante la sesión anterior genera dudas sobre su validez, y los bloques de Unión por la Patria y la izquierda denuncian la posible nulidad del acto de cierre del plenario de comisiones. La situación pone de manifiesto la gravedad de la crisis y la urgencia de encontrar soluciones viables para avanzar en la discusión de la Ley Ómnibus.