El ex mandatario Mauricio Macri estuvo hasta ahora agazapado esperando, lo que él cree, es este momento: el take over del gobierno de Milei. El fracaso estrepitoso en el Congreso con la tan mentada Ley Ómnibus y sus consiguientes papelones de sus legisladores provocó, para él, un crash necesario para que él acuda al rescate del gobieno.
“No se apuren, está al caer la rendición de Milei” escribió en el chat que mantiene con sus acólitos más cercanos. En su imaginación, es el momento de un rescate político del PRO. Una de las primeras acciones que pretende realizar Macri es la designación de Cristian Ritondo como presidente de la Cámara de Diputados, con la intención de evitar futuros tropiezos como el experimentado recientemente. ” A Cristian, estos no lo caminaban” dice, con seguridad.
Pero, Milei aún no está convencido de que el riojano se tiene que correr. El enojo de Macri se fundamenta en los votos que el PRO le aporta al oficialismo, pero al final los cargos importantes se lo llevan los peronistas, como Francos, Scioli o los cordobeses.
El take over se concretaría tomando los cargos de importancia, como los de Nicolás Posse (quiere a Guillo Dietrich ahí), el lugar de Francos para Santilli y el de Pettovello para María Eugenia Vidal. Y desde allí avanzar con un gobierno de coalición. Poco importa que en las elecciones su espacio ni siquiera haya estado representado, ya que se encuentra alejado de Patricia Bullrich, que salio 3° en las generales sin entrar al ballotage.
El gobierno prestó especial atención a las críticas vertidas esta mañana en la radio por Eduardo Feinmann, a quien consideran un vocero no oficial de Macri, hacia Nicolás Posse y Santi Caputo. “Dentro del gabinete dicen que si no mandan al banco a Santi Caputo y a Nico Posse, el presidente termina estrellando el gobierno”, dijo.
Macri está muy ansioso esperando que active el gobierno. Según su visión, los únicos que hasta ahora movieron son Bullrich y Petri, aunque lo excluyeron del acuerdo en su designación, por lo que sigue ofendido.
De igual manera, está convencido de que la gestión no funciona y que los espacios vacíos y por vaciarse deben ser llenados por gente de su riñón, y se lo hizo saber. Milei no tiene estructura propia para bancar semejante aparato estatal. Y ahí apunta.