A pesar de ser cesanteado públicamente hace más de dos semanas el ¿ex? ministro de infraestructura sigue atornillado al puesto.
La permanencia de Ferraro en su puesto se ha convertido en un tema candente después de una supuesta disputa de poder con el Jefe de Gabinete, Nicolás Posse. Aunque inicialmente se pensó que la salida del ministro estaba relacionada con filtraciones a la prensa, fuentes gubernamentales desmintieron esta versión.
A pesar de los intentos de desacreditar a Ferraro por parte de Milei y Posse, el ministro aún no ha presentado su renuncia. Se especula que Ferraro está buscando una salida diplomática y sin escándalos, posiblemente a través de una designación como embajador argentino en Chile.
Sin embargo, esta opción enfrenta un obstáculo importante, ya que el puesto de embajador en Chile ya está ocupado por Jorge Faurie, cuya designación fue aceptada por el gobierno chileno. Las fuentes diplomáticas consultadas han señalado que sería inapropiado para el gobierno chileno aceptar una designación tan tardía y precipitada.
Aunque la embajada parece estar fuera de discusión, se sugiere que Ferraro podría ser destinado al consulado argentino en Chile mediante una resolución de Cancillería. Esta opción no requeriría un decreto presidencial ni un acuerdo adicional, lo que la hace más factible.
Mientras tanto, la incertidumbre sobre el futuro de Ferraro está afectando el funcionamiento diario del Ministerio de Infraestructura, que ya se encuentra en una situación delicada debido a la división de responsabilidades entre la Jefatura de Gabinete y el Ministerio de Economía. La falta de claridad en la situación de Ferraro está complicando aún más la gestión de esta área clave del gobierno.