El clima político en el Congreso argentino está al rojo vivo. Es por las polémicas declaraciones del presidente Javier Milei. Mientras Martín Menem intenta calmar las aguas, la relación entre el Ejecutivo y el Legislativo se encuentra en un punto crítico.
Javier Milei, conocido por su verborragia y violentas declaraciones, desató la furia en el Congreso con sus recientes declaraciones. Desafió las normas del juego político convencional, desencadenando una tormenta de críticas hacia los legisladores. Sus palabras, que incluyen calificar al Congreso como un “nido de ratas”, han generado un clima de tensión y malestar entre los miembros del poder Legislativo.
Ante esta situación, Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados, intentó suavizar las tensiones. Reconociendo la peculiar manera de expresarse de Milei, Menem instó a “desdramatizar” sus declaraciones. Justificó su estilo como parte de su carrera política. Sin embargo, las críticas de la oposición hacia Milei han sido contundentes. La falta de respeto hacia los legisladores y la importancia del Congreso como pilar fundamental de la República.
La diputada Victoria Tolosa Paz y la ex presidenta de la Cámara de Diputados, Cecilia Moreau, han sido algunas de las voces de la oposición que condenaron los comentarios de Milei. Tolosa Paz instó a Milei a dar el discurso de inicio de sesiones ordinarias en el Congreso como corresponde, mientras que Moreau recordó la legitimidad del Congreso como representante del pueblo argentino.