Ya tienen el chivo expiatorio para la crisis del aumento de salarios | Sin Censura – Periodismo independiente

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La crisis del aumento de salarios agitó fuerte las aguas del gobierno un sábado por la tarde noche que se presentaba tranquila. El salariazo vip que se autodesignó el presidente para él y sus ministros casi pasa desapercibido. Pero no.

Y no tuvo mejor idea que echarle la culpa a Cristina. Obvio que no se la iba a dejar pasar la ex presidenta. Lo humilló en “X” (ex tuiter) mostrando todos los documentos al punto que terminaron borrando el acceso público al boletín oficial (maniobra que pisa finito en lo ilegal).

Cuando estalla la crisis, el presidente descargó toda su furia en Nicolás Posse, su jefe de gabinete que lo acompañó en la firma del decreto. Lo que es un secreto que nadie se atreve a revelar, es si el presidente estaba al tanto de lo que firmó. Ambas opciones son terroríficas: si estaba al tanto de darse a si mismo un aumentazo de dos millones de pesos de un plumazo en medio de una crisis económica catastrófica para sus gobernados es de una gravedad espantosa. Y si no estaba es aún peor. Tener un presidente que firma sin leer puede ser dramático para todos nosotros.

Acorralado, Nicolás Posse no iba a hacerse cargo. No señoros. Decidió que el chivo expiatorio sería el secretario de Legal y Técnica, Javier Herrera Bravo y por estas horas su continuidad pende de un hilo.

El autosalariazo cae en el peor momento: venía hace apenas horas de realizar un acto demagógico supremo, al retar públicamente a los legisladores por otorgarse un aumento del 30% de sus dietas, según la ley que engancha sus salarios al de los empleados del Congreso.

Mi abuela tenía un dicho para estas ocasiones. Desconfía siempre de los que actúan así: “Haz lo que yo digo, más no lo que yo hago”.

Fin.