Hace dos décadas, Facebook marcó el inicio de la era de las redes sociales, prometiendo transparencia y participación. Sin embargo, en su vigésimo aniversario, la celebración se ve empañada por crecientes críticas. Con más de 3.000 millones de usuarios activos mensuales, equivalentes al 40% de la población mundial, la plataforma ha pasado de ser una fuente de esperanza a enfrentarse a duras críticas.
Mark Zuckerberg, director ejecutivo de Meta, la empresa matriz de Facebook, se enfrentó a duras críticas durante una audiencia en el Senado de Estados Unidos, donde se le acusó de tener “sangre en sus manos” y de que su producto está “matando gente”. La audiencia se centró en el fracaso de las plataformas en proteger a niños y jóvenes, destacando los peligros de las redes sociales, consideradas responsables, al menos en parte, de la crisis de salud mental en la juventud estadounidense.
En una entrevista con DW, el psicólogo alemán Gerd Gigerenzer señaló los efectos nocivos de las redes sociales en la salud, incluyendo un aumento en la inseguridad, baja autoestima, depresión y pensamientos suicidas. La tasa de suicidios entre personas de 10 a 25 años en Estados Unidos aumentó un 60% entre 2011 y 2021.
A pesar de sus problemas actuales, Facebook comenzó como una plataforma inofensiva y apasionante que conectaba a personas de todo el mundo. En sus primeros días, se percibía como una herramienta altruista con la misión de hacer del mundo un lugar mejor.
Sin embargo, el precio del uso de la plataforma ha sido alto. Los usuarios pagan con sus datos y su atención. Los anunciantes valoran la atención de los usuarios, permitiendo a Facebook ofrecer perfiles de personalidad detallados para llegar a clientes potenciales con precisión milimétrica.
La plataforma ha sido culpada por la polarización de la sociedad, el debate político crudo y la propagación de teorías de conspiración. Escándalos. Como el de Cambridge Analytica, que utilizó datos de millones de perfiles sin el conocimiento de los usuarios, han afectado la percepción de la plataforma.
En respuesta a estas preocupaciones, los políticos han buscado regulaciones más estrictas. La Unión Europea aprobó la Ley de Servicios Digitales en 2022 para abordar contenidos ilegales y proteger los derechos de los usuarios. Los gigantes tecnológicos, incluyendo Meta, se enfrentan a una mayor demanda de transparencia.
A pesar de las críticas, Meta ha continuado siendo un negocio extremadamente rentable. En el último trimestre de 2023, la compañía decidió pagar dividendos a sus accionistas por primera vez, destacando la lucrativa naturaleza del negocio de la publicidad en plataformas como Facebook, Instagram y WhatsApp. Aunque la plataforma ha perdido parte de su encanto inicial, sigue siendo una fuerza dominante en el mundo digital actual.