Las tensiones geopolíticas en Asia están llegando a otro nivel con el hallazgo de un ambicioso proyecto militar en China. Imágenes satelitales han expuesto la construcción de lo que se califica como el mayor centro de mando militar subterráneo del mundo, ubicado al oeste de Pekín. Este descubrimiento, difundido el 23 de abril de 2025, subraya la rivalidad creciente entre las grandes potencias y refleja las ambiciones estratégicas de China para confrontar a Estados Unidos.
Un proyecto colosal
El complejo militar, conocido de forma no oficial como “Beijing Military City”, se extiende sobre 1.500 hectáreas (diez veces la superficie del Pentágono de EE. UU.). Diseñado para acoger al alto mando del Ejército Popular de Liberación (APL) en situaciones de conflicto –incluso en caso de un escenario nuclear–, este lugar pone de manifiesto la magnitud del esfuerzo chino para reforzar su defensa. Las imágenes muestran excavaciones a gran escala y movimientos intensos, lo que sugiere la existencia de una red extensa de túneles e instalaciones fortificadas.
Tiempo de entrega
Los trabajos en este enorme proyecto comenzaron a mediados de 2024 y se enmarcan en los preparativos para el centenario del APL en 2027. Dentro de esta misma línea de tiempo, el presidente Xi Jinping ha ordenado a las fuerzas armadas reforzar su capacidad para tomar Taiwán antes de ese año (acción que evidencia la apuesta por ampliar las capacidades militares). La modernización del ejército chino no se limita a este nuevo centro subterráneo, sino que también incluye la ampliación de su arsenal nuclear, la mejora en la coordinación entre armas y la incorporación de nuevos sistemas de armamento.
Detalles de la construcción y secreto total
La edificación se desarrolla con un nivel sin precedentes de secretismo. Más de 100 grúas trabajan a la vez en un área que se extiende por cinco kilómetros cuadrados. Se cree que unos pasajes subterráneos conectarían diferentes instalaciones ocultas (lo que permitiría el movimiento seguro entre ellas). No existen registros oficiales o digitales sobre el proyecto, y se han impuesto restricciones muy rigurosas relativas al uso de drones y las fotografías en los alrededores.
Inspiración con sabor a historia
La magnitud y discreción del proyecto recuerda a las infraestructuras militares soviéticas del siglo pasado. Se comenta que está inspirado por Qian Qihu, un ingeniero chino formado en la antigua URSS, famoso por desarrollar refugios que pudieron resistir bombas penetrantes como la GBU‑57A/B de Estados Unidos (una hazaña que marcó un hito en defensa). Estas referencias históricas evidencian cómo China está incorporando aprendizajes del pasado a sus actuales desafíos.
Valor estratégico
Este nuevo complejo está destinado a sustituir al centro de mando actual situado en las Colinas Occidentales de Pekín. Ofrecerá un espacio seguro y ultra conectado para coordinar operaciones militares en situaciones extremas. La envergadura del proyecto muestra la determinación de China de enfrentarse a Washington y, en algunos aspectos, podría llegar incluso a superarlo en estrategia.
Bases subterráneas: una tradición que continúa
China ya dispone de bases subterráneas importantes como la base de Xishan, ubicada a 100 metros bajo tierra. En 2018, se identificó una cueva gigantesca en el parque forestal de Xishan, con una profundidad aproximada de 2.000 metros (una muestra clara de la apuesta de Pekín por sistemas seguros y ocultos). Estas construcciones confirman una tendencia permanente hacia la seguridad en el subsuelo.
Opiniones de los expertos e implicaciones internacionales
Algunos especialistas señalan que esta nueva base podría funcionar además como un centro administrativo o incluso como un amplio espacio para la formación militar. Hsu Yen-chi, investigador taiwanés, comenta que el tamaño atípico del proyecto apunta a una apuesta estratégica mayor. Mientras tanto, Washington sigue de cerca estas maniobras, aunque Pekín mantiene una posición oficial de defensa pacífica.
La opacidad que rodea el proyecto, sumada a las tensiones actuales con Taiwán y Estados Unidos, genera inquietud sobre las intenciones a largo plazo de China (lo que invita a analizar el equilibrio global y cómo podrían prepararse los distintos países para enfrentar estos cambios).