EEUU planea explotar el fondo marino del Pacífico para hacerse con minerales críticos y frenar a China

SinCensura

El 22 de abril de 2025 se ha dado a conocer que Estados Unidos está preparando un plan estratégico para garantizar el suministro de minerales que necesita, en respuesta al dominio chino en el mercado global de tierras raras. China controla aproximadamente el 70% del comercio mundial de estos minerales (lo que le da una ventaja considerable sobre estos recursos tan demandados), y por ello Washington pretende diversificar sus fuentes y disminuir la dependencia, especialmente si se imponen restricciones a las exportaciones por parte de Pekín.

Exploración submarina en el Pacífico

La estrategia de Washington se enfoca en investigar la minería submarina en la zona Clarion-Clipperton (CCZ) del Océano Pacífico. En esta área se encuentran nódulos polimetálicos que contienen níquel, cobalto, cobre, manganeso y pequeñas cantidades de tierras raras, minerales clave para fabricar baterías para coches eléctricos, componentes para turbinas eólicas, dispositivos electrónicos y equipos militares.

Empresas como The Metals Company ya han mostrado interés por aprovechar estos recursos. No obstante, el proyecto se enfrenta a retos legales importantes, ya que hay normativas internacionales que regulan la minería en aguas profundas.

Retos legales y normativos

Estados Unidos prevé que China pueda imponer restricciones y por ello quiere agilizar las solicitudes para explotar los recursos que se encuentran bajo su jurisdicción. Por otro lado, el país encara serios problemas porque aún no ha ratificado la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS), lo que complica que pueda operar de forma legal en zonas internacionales controladas por la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA).

Varios expertos señalan los riesgos que conlleva actuar de manera unilateral sin la aprobación de la ISA (esto podría complicar las relaciones internacionales). Al mismo tiempo, China mantiene contratos para explorar en esa zona y ha avanzado tecnológicamente, llegando a construir un laboratorio submarino a 2.000 metros de profundidad en el Mar de China Meridional.

Preocupaciones ambientales y científicas

La minería submarina levanta serias inquietudes desde el punto de vista impacto ambiental. Se estima que el 80% de los ecosistemas de las profundidades marinas aún no han sido explorados ni cartografiados. Las actividades mineras podrían dañar hábitats delicados, perturbar a las especies marinas, reactivar sedimentos tóxicos y generar contaminación tanto sonora como lumínica.

Científicos y ambientalistas abogan por una moratoria en la minería de aguas profundas hasta que se consiga establecer un marco normativo que garantice la protección de los ecosistemas (una opción que permitiría estudiar bien los posibles efectos antes de actuar).

Repercusiones geopolíticas y ecológicas

El Océano Pacífico se está convirtiendo en un nuevo escenario de competencia no solo económica y tecnológica, sino incluso militar entre Estados Unidos y China. Se presentan dilemas al intentar compensar las necesidades inmediatas de recursos con los desafíos que generan los compromisos geopolíticos y la protección de la naturaleza.

Esta situación pone de manifiesto lo complejo que resulta el panorama internacional actual, en el que los países deben tener cuidado al balancear sus aspiraciones estratégicas con sus obligaciones medioambientales. A medida que avance este proyecto de minería submarina, será importante seguir de cerca cómo evoluciona la situación a nivel mundial.

La iniciativa de Estados Unidos para buscar un suministro estable y seguro de tierras raras refleja una realidad en la que los recursos naturales se convierten en un campo de disputa estratégica donde se entrelazan intereses económicos y preocupaciones ecológicas.

Dejá un comentario