Un jubilado que cobra “la mínima” se suicidó ayer, viernes, en el baño para discapacitados que se encuentra en la entrada del Hospital Español de la ciudad de La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires.
Dejó una nota, tan triste como práctica. En la misma hace responsable de su decisión a la situación insostenible económica por la que atraviesa, y solicita a la gobernadora Vidal que se haga cargo del sepelio y la cremación, puesto que con lo que paga el ANSES, no alcanza, sólo le dan $6.000 y el costo de lo solicitado es exactamente el doble, $12.000. Está claro que tomó en cuenta todos los detalles.
De esto tampoco se habla. Esta muerte ocurrió en un lugar público y trascendió, vaya uno a saber cuantas muertes se habrán producido de personas anónimas, acorraladas, desesperadas, angustiadas, sin la contención que el Estado debe brindarle, se habrán producido en este tiempo.
