En su abanico de recursos, el cadete acaba de inaugurar lo que podríamos denominar “un tanque” y consiste en trucar una conversación telefónica reemplazando al interlocutor y cambiando el hilo argumental de la charla.
El resultado es Caviar y en este caso, basa su sketch en la charla que mantuvo Macri con una niña que supuestamente le envió una carta y el presidente haciendo gala de una perfecta organización de su ajustada agenda, sacó tiempo de la galera entre descanso y descanso y le dedicó un rato a la autora de la carta, ante la ausencia de serios problemas en los frentes sociales, laborales, económicos o de cualquier otra naturaleza preocupante para los Argentinos.