Las pecheras azules del PRO, de un color muy similar a los utilizados por la agrupación ultra K La Cámpora. Con un estilo de parecer y de posar muy similar también. Igual, ahí se terminan las comparaciones. Porque mientras que a los muchachxs de la agrupación kirchnerista los mueven los ideales, el amor a la patria, el “la patria es el otro” llevado al extremo. A estos que no son ni militantes ni voluntarios, se los puede ver después de las catástrofes, que llegan en grupos, se sacan muchas pero muchas fotos, y dan una mano, por ejemplo luego de las inundaciones de Santa Fe y provincia de Buenos Aires. Básicamente reparten mercadería, colchones, enseres e insumos provistos por el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. Y a fin de mes pasan por caja y cobran. Por contrato con el Estado Nacional.
El diario La Nación sacó una nota sobre ellos, sin ningún pudor pese a que se cansaron de criticar a las pecheras de La Cámpora, explican que incorporaron a la cartera que dirige Carolina Stanley a 215 jóvenes para que sean la punta de lanza del oficialismo en diversas zonas del conurbano bonaerense, así como en las afueras de Córdoba y Rosario.
Obviamente el oficialismo niega que tenga intencionalidad electoral, pero, una de sus integrantes lo desmiente: “En algún momento hay que dar para recibir. Si hoy te otorgan algo, vos sabés que, para que haya continuidad, después van a necesitar apoyo. ¿Y el apoyo cómo se llama? El voto”. ¿En qué quedamos?
En total son 215 jóvenes que dependen directamente de la Secretaría de Juventud que regentea “Piter” Robledo. Cobran desde $8.000 hacia arriba, dependiendo de los servicios que preste y las responsabilidades que se le asignen.
Otra muestra más del doble discurso PRO.
